Ruta Parques Nacionales: Picos de Europa

«Un castillo, una torre, un templo se declara Monumento Nacional para salvarlo de la destrucción. ¿Por qué no ha de haber santuarios para la Naturaleza?»

Con este discurso ante el Senado, inspirado en el movimiento conservacionista norteamericano, Pedro Pidal defendía en 1916 la aprobación de la Ley de Parques Nacionales. Lo hacía ya enamorado de los Picos de Europa y con el firme propósito de convertir este enclave natural en Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. Gracias a su buena posición en la aristocracia asturiana y bien relacionado con la monarquía, conseguiría incluso que presidiera la inauguración el propio rey Alfonso XIII. Así que el 22 de julio de 1918 se declara como primer Parque Nacional español y uno de los primeros de Europa, el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. Posteriormente, fueron muchas las voces que reclamaron su ampliación hasta convertirlo, el 20 de mayo de 1995, en el segundo mayor Parque Nacional de España.

El cainejo y Pedro Pidal. Es la única imagen que se tiene de Gregorio Pérez

Pedro Pidal: Marqués de Villaviciosa, asturiano, asturianista y covadonguista convencido, fue la primera persona que pisó la cima de uno de los más famosos picos del Parque, el Pico Urriello, más conocido por Naranjo de Bulnes (por estar cerca del pueblo de Bulnes y por el color que le brinda el atardecer). Ascensión que llevó a cabo en 1904 gracias al ir acompañado de Gregorio Pérez, el Cainejo, pastor natural de Caín, que ascendió junto con el marqués descalzo, para obtener mejores agarres. Esta ascensión es considerada el nacimiento del alpinismo en España.

De entre los Parques Nacionales que tiñen nuestro país, el Parque Nacional de Picos de Europa merece estar en el podio de cualquier montañero o alpinista que quiera aventurarse por alguna de sus numerosísimas actividades que ofrece. Aunque sea más modesto en altura que otros Parques Nacionales como Sierra Nevada u Ordesa y Monte Perdido, los Picos de Europa poseen una orografía de lo más espectacular; los desniveles a superar son siempre considerables, lo que convierte cualquier excursión de trekking, montañismo o alpinismo, en una dura y, en ocasiones técnica marcha. Por poner un ejemplo, la ascensión al monte Torre Cerredo (que por cierto es el pico más alto del Parque), es una aventura que va desde el río Cares en Poncebos (apenas 100 metros sobre el nivel del mar), hasta la cima de dicho pico (2.650 metros).

Picos de Europa desde el mar. Foto de Racó català

Picos de Europa recibió este nombre porque era la primera o la última tierra del continente que veían los marineros. Y no es para menos. A tan solo 30 kilómetros del mar y sus cumbres superando los 2.600 metros, no es exagerado calificar a estas montañas de ejemplares y únicas.

La ingente masa caliza de estas montañas, tiene una extensión de 550 kilómetro cuadrados y está dividido en tres macizos, delimitados perfectamente por los ríos Sella y Dobra al oeste, y el río Deva por el este. Los Picos de Europa se pueden embarcar dentro de un gigantesco triángulo equilátero del que sus vértices son unas de las villas más importantes de las tres Comunidades Autónomas que los circundan: Cangas de Onís en el Principado de Asturias, Potes en Cantabria y Riaño en Castilla y León (León).

Macizo Occidental o Cornión: es el más extenso de los tres. Limitado por los ríos Sella y Cares, es donde se situaba el antiugo Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. Está situado entre Asturias y León y dentro de esta parte occidental del Parque destacan poblaciones como Cangas de Onís, Cabrales o Amieva -Asturias-, y Sajambre y Valdeón -León-. También destacan lugares como los Lagos de Covadonga y el Santuario y cueva de Covadonga. Entre sus picos más destacados Peña Santa de Castilla (2.596 m) o Torre Bermeja (2.400 m)

Santuario de Covadonga

Macizo Central o de los Urrieles: el más agreste y espectacular sin duda del Parque Nacional. Se encuentra contenido entre los ríos Cares y Duje. En este macizo se encuentra el pico más alto del Parque, Torre Cerredo (2.650 m), el famoso también Peña Vieja (2.613 m) y el símbolo de la montaña asturiana y del alpinismo español, el Picu Urriellu (2.519 m). Destacan poblaciones como Bulnes y Sotres -Asturias-, y Fuente Dé y Espinama -Cantabria-. Lugares con muchísimo encanto igualmente en este macizo Central son la Ruta del Cares y el Teleférico de Fuente Dé.

Teleférico de Fuente Dé

Macizo Oriental o Ándara: Está arropado por las aguas de los ríos Duje y Deva. Su menor extensión y altura de los picachos no quitan ningún encanto a este sector, donde Potes -Cantabria- es un punto obligado de reunión y cuyo ambiente estival tiene una animación interminable. Picos importantes son Morra de Lechugales (2.444 m) o Pica del Jierro (2.426 m). Lugares de obligada visita también son la subida al pueblo de Tresviso y el desfiladero de La Hermida.

¿QUÉ HACER EN PICOS DE EUROPA?

Aunque sería imposible intentar abarcar todas las posibilidades culturales, históricas, deportivas y gastronómicas que nos ofrece el entorno, vamos a intentar destacar algunas, sin menospreciar ni mucho menos a todas las que se queden en el tintero. Aclarado queda.

Ruta del Cares

Si hay senderos conocidos y visitados en España, sin duda que la Ruta o Senda del Cares es uno de los más famosos. Fue un sendero abierto en la caliza hace más de 60 años para el mantenimiento del canal de agua de la Central Hidroeléctrica de Carmarmeña-Poncebos. Su distancia acondicionada actual es de unos 12 kilómetros, desde Puente Poncebos -Asturias- a Caín -León-, discurriendo a media altura paralelamente al río Cares, atravesando en su camino el desfiladero que ha ido hoyando el río durante miles de años. Su belleza paisajística y su «relativa» sencillez lo hace el destino predilecto para la mayoría de los más de dos millones de visitantes que recibe el Parque Nacional Picos de Europa al año. Aunque existen empresas que te facilitan la ruta -te llevan al punto de origen y te recogen en el punto final-, si estás acostumbrado al senderismo y en buena forma, en un día se puede realizar el recorrido ida-vuelta. Otras rutas bien interesantes son la Senda Frassinelli o Senda del Arcediano.

Ruta del Cares. Foto de Turismo Asturias

Visitar Bulnes

Y ya que estamos en plena Senda del Cares, aprovecharemos la «llegada» o la «salida» de la senda, en Puente Poncebos, para acercarnos a uno de los pueblos más pintorescos y bellos de Picos de Europa y de España. Bulnes está situado a 649 metros sobre el nivel del mar y tiene una población de 34 personas. Es uno de los poco pueblos españoles que no llega la carretera (como Tresviso o Camarmeña también en Picos de Europa). La única forma de llegar a él es a través de la senda que sale de Puente Poncebos, y que asciende durante una hora y media aproximadamente casi 500 metros, con tramos de pendiente del 18% en ocasiones. En 2001 inauguraron un funicular para salvar este sendero, que sale desde Puente Poncebos. Construido en un principio para la gente del pueblo, enseguida se abrió igualmente la veda a turistas que deseaban visitar el pueblo, justificando esta apertura turística a la accesibilidad a todo el mundo que no pudiera hacerlo por el sendero (mitigando pero nunca apagando la polémica sobre el gran impacto ambiental que produjo). Pero sin duda, tanto la senda a pie siguiendo el río Tejo y rodeado de impresionantes cortados, como el pueblo en sí, con su típica arquitectura rural de la zona, bien merece una visita calmada para alimentar el espíritu.

Cangas de Onís, Covadonga y lagos

Seguramente, junto con la Ruta del Cares este recorrido sea el más frecuentado por el turista en Picos de Europa. Cangas de Onís es un «campo base» para la mayoría de visitantes que quieren pasar unos días recorriendo las grandezas del Parque Nacional y alrededores. En la villa, dedicada de pleno al sector turístico, encontramos bellísimos enclaves como: el Puente Romano o Puentón, conocido con ese nombre aunque construido en época medieval, es uno de los símbolos de Asturias; o la Iglesia de la Santa Cruz, templo romano (construido sobre un dolmen), reconstruido durante el reinado del rey Favila de Asturias en el 737.

A menos de 10 kilómetros de Cangas por carretera llegamos al Santuario de Covadonga: es un santuario dedicado a la Virgen de CovandongaLa Santina- conmemorativo de la Batalla de Covadonga.

La versión oficial y bucólica de la batalla de Covadonga es que tuvo lugar en el 718 o 722, entre el ejército astur de Don Pelayo (padre de Favila) y las tropas de al-Ándalus, quienes fueron derrotadas. Digamos que desde siempre se ha considerado esta acción como el inicio de la Reconquista, pero desgraciadamente tenemos que decir que cada vez son más los expertos que confirman la inexistencia de esta batalla, cuyas evidencias documentales brillan por su ausencia hasta más de 150 años después.

Santa Cueva de Covadonga: aledaño al Santuario nos encontramos con esta pequeña gruta, enclavada en un entorno espectacular, cascada incluida (depende de la época del año, aparece o desaparece), donde podemos ver La Santina -patrona de Asturias- y la tumba de Don Pelayo. La tradición cuenta que fue aquí donde tanto Pelayo como su ejército se refugió durante la Batalla de Covadonga.

A 12 kilómetros de Covadonga nos encontramos con los lagos de Covadonga: el lago Enol y el lago Ercina. Son pequeñas lagunas glaciares y no les faltan leyendas sobre su formación y sobre su comunicación interna a través de grutas subterráneas inundadas. Hay un lago más pero solo tiene agua en la época de deshielo (Bricial). Este es el inicio de un montón de rutas de senderismo de montaña. La carretera de acceso a los lagos está cortada al tráfico privado en temporada alta, pudiendo hacer la visita a través de un autobús con inicio en Cangas y parada en Covadonga. Es un punto importante de llegada ya clásico para la Vuelta España.

Potes, Santo Toribio de Liébana y Fuente Dé

Ahora vamos a caballo entre el macizo oriental y el central del Parque. Potes es la capital de la comarca de la Liébana, y sus calles tienen un encanto especial que hará que no te olvides nunca de su visita. Así como su belleza rural, coronada por la Torre del Infantado -fortificación del siglo XIV, declararada Bien de Interés Cultural en 1985 y actual ayuntamiento y centro de exposiciones-, su interés gastronómico está a la par. Es famoso en esta zona el cocido lebaniego rico y contundente como la mayoría de los cocidos españoles. O su famoso flan de queso, postre imprescindible de pedir si disfrutas de alguno de sus múltiples bares y restaurantes.

Santo Toribio de Liébana: en menos de 10 minutos por carretera desde Potes llegas a este monasterio. La historia del mismo, alrededores y de Santo Toribio de Liébana bien merecen un artículo entero, pero resumiendo muy someramente podemos decir que este monasterio franciscano alberga las obras del Beato de Liébana. La más famosa los Comentario al apocalipsis de San Juan (Commentarium in Apocalypsin).

Según la leyenda, Toribio llegó a Liébana con la misión de convertir al pueblo al cristianismo. Ante la negación del pueblo se fue al monte Viorna a meditar. Estando allí arrojó su bastón al valle y dijo: «donde caiga mi callado, allí será mi morada». Así mismo, vio un oso y un buey que estaban peleando. Los separó, y el oso y el buey en agradecimiento le ayudaron a poner la primera piedra del monasterio. El pueblo, al ver el milagro se convirtió al cristianismo y ayudaron a Santo Toribio a construir el monasterio.

También tenemos el trozo más grande conocido de Lignum Crucis el madero donde fue crucificado Jesús. Junto a Jerusalén, Roma, Santiago y Caravaca de la Crus, es uno de los lugares santos y de peregrinación del cristianismo. Su Puerta del Perdón se abre cada año jubilar para recibir a los peregrinos.

Si seguimos adelante por la carretera CA-185 unos 22 kilómetros, llegaremos al fin de la misma Fuente Dé, donde encontraremos un camping, un hotel, el Parador Nacional de Fuente Dé y su famoso y turístico teleférico. Creado en 1966, salva una espectacular pared rocosa de más de 700 metros para llegar a la cota 1847 metros. Esa parte superior, denominada El Cable tiene un mirador sobre el valle, que en muchas ocasiones se encuentra tapado por nubes, haciendo de esa inversión térmica unas vistas únicas. El cable es el inicio de infinidad de rutas de montaña. Desde aquí podemos llegar en una jornada al Picu Urrielu, descendiendo al día siguiente hasta Puente Poncebos (habríamos recorrido el macizo central de sur a norte). Otra ruta interesante y sencilla es llegar hasta el refugio Cabaña Verónica especial por dos cosas: es el refugio más alto de los tres macizos (2.325 m) y su estructura es la cúpula metálica de la baterías antiaéreas de un barco portaaviones (su refulgencia en días de sol llama la atención). Y una excursión muy interesante también desde El Cable es subir al Pico Tesorero (2.570 m) es uno de los picos más subidos de los Picos de Europa; y además es un punto trifinio (comparte limites territoriales) de las tres provincias que comprende el Parque: León, Asturias y Cantabria.

SOSTENIBILIDAD EN PICOS DE EUROPA

Este año 2020 Picos de Europa tendrá un nuevo convenio para impulsar el desarrollo sostenible de sus municipios y habitantes que residen dentro de este espacio, además de asegurar la conservación de sus recursos naturales. La sostenibilidad en el Parque siempre ha sido un quebradero de cabeza en el que convergían muchos intereses independientes entre las provincias que lo comparten. Desde principios del siglo XXI colectivos como el Colectivo Montañero por la Defensa de Picos de Europa han luchado en asuntos pendientes como: inexistencia de un plan de desarrollo sostenible, la caza deportiva, la falta de control de accesos y la persistencia de un modelo turístico basado en los remontes mecánicos. Afortunadamente, todas estas presiones dieron sus frutos en el 2006 cuando se desarrolló el primer convenio de gestión conjunta. A un año después se desarrolló un Plan de Ordenación de Desarrollo Sostenible.

Refugio Cabaña Verónica, el más alto de Picos de Europa y uno de los refugios más originales de España

Muchas son las cosas que se han hecho bien desde entonces, pero aún quedan muchos asuntos pendientes de solucionar como las batidas de lobo clandestinas e ilegales, gestiones deficientes o falta de control de accesos.

Por ahora, respetemos al máximo el entorno natural de estos Parques, que es la herencia que dejamos. Como expuse al final de una carta que me publicaron en la revista de montaña Grandes Espacios, en su número 51 de diciembre del 2000:

«Solo pido que mis hijos y mis nietos puedan llegar a disfrutar algún día de la naturaleza de los Picos de Europa como nosotros. Aunque cada día que pasa este deseo es más difícil de cumplir, hay que luchar para que no sea imposible».

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